Colaboración de Jorge Santos.
Hace mucho tiempo, en un reino muy muy lejano, en una
realidad distante y alterna, entrando al
país de los sueños había una lugar de paz, armonía, felicidad y prosperidad que
se llamaba México.
Donde los políticos no eran corruptos, el pueblo era
culto, reclamaba sus derechos y respetaba los
ajenos, donde no tiraban basura, no se pasaban los altos, cedían el
lugar a los ancianos y mujeres en el transporte publico, no se asesinaba
estudiantes, los recursos eran propios y no se discriminaba por preferencia
sexual, etnia, color de piel o condición social…
Era el lugar donde la verdad y la justicia iba siempre
por delante. Nadie temía decir su opinión, temían quedarse callados.
En este México soñado, hubo una vez un valiente
hombre que llegó a la presidencia por la democracia y fue educado con altos
valores éticos y morales, versado en el conocimiento y en las artes. No había
hombre mas culto que él.
Amante asiduo de la lectura y poliglota por
pasatiempo.
Era un país productivo, lejos del oportunismo
político, cada día era una fiesta, todo era felicidad, inmensas mesas en
parques y plazas para servir comidas y bailar, aquí nadie se muere de hambre…
Pero nos despertamos de ese sueño hermoso y te
descubres en la triste realidad de un país que no tiene pies ni cabeza. Ves lo
mismo todos los días, la misma gente que no despierta que sigue zombificada
frente a un televisor con las telenovelas y programas de siempre, ves las
marchas interminables con un trafico de autos eternos por detrás, y la
represión de la marcha, los golpes, la sangre, los detenidos, la tortura, la
desaparición… presos políticos que eran estudiantes y maestros, civiles que se
convierten en terroristas.
Donde debemos ver donde caminamos para no tropezar con
las fosas llenas de cadáveres que perdieron la identidad cuando desaparecieron.
Un país donde ser simplemente mexicano es un delito,
por que ya reprendieron, asesinaron y aniquilaron cada "grupo" social
de este país.
Mataron estudiantes en el 68
Indígenas
campesinos
Civiles
Maestros
Bebes
Estudiantes
Mujeres
Periodistas
¿Quién será el siguiente?
Nadie quiere ser el siguiente, pero tampoco podemos
hacer mucho por un país que poco a poco ha dejado de ser nuestro y se remata en
pedacitos.
Una marcha que no soluciona nada pero nada mas podemos
hacer…
Si hablamos nos desaparecen, si callamos desaparecen a
alguien mas.
Y nuestros políticos, mientras compran casas
millonarias, viajes exclusivos y los del pueblo mueren de hambre y rezan para
no ser los siguientes…
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